Mujer que se hacía pasar como vendedora de limones fue capturada por traficar drogas en San Cristóbal, Bogotá.

En un operativo realizado por la Policía Metropolitana de Bogotá, se logró la captura de una mujer de 64 años que, bajo la fachada de vendedora informal de limones, se dedicaba al tráfico de estupefacientes en la localidad de San Cristóbal, al suroriente de la ciudad. La mujer, quien operaba principalmente en las inmediaciones del Centro de Atención Inmediata (CAI) Juan Rey, fue interceptada mientras intentaba ocultar una maleta que contenía drogas, tras mostrar una actitud sospechosa ante la presencia policial.

Los agentes de la Estación de Policía San Cristóbal, bajo el mando del mayor Fredy Alfonso, llevaban a cabo labores de inspección, vigilancia y control en el sector cuando notaron el comportamiento evasivo de la mujer. Al tratar de evadir los controles de seguridad, la sospechosa ocultó una maleta debajo de unas latas, sin percatarse de que estaba siendo observada por varios uniformados que mantenían vigilancia en la zona. Al realizar la inspección del maletín, los oficiales encontraron 76 dosis de marihuana y 260 de bazuco listas para su distribución en el mercado ilegal.

La estrategia de la detenida consistía en aparentar ser una vendedora de limones para evitar ser detectada por las autoridades mientras comercializaba las sustancias ilícitas en diferentes puntos de la localidad, especialmente en áreas de alta vulnerabilidad social. «La mujer utilizaba su fachada de vendedora informal de limones para evadir los controles y distribuir estos estupefacientes en varias zonas del suroriente de Bogotá», explicó el mayor Fredy Alfonso, quien destacó la importancia de este tipo de operativos para debilitar las redes de microtráfico en la ciudad.

La capturada fue puesta a disposición de la Fiscalía General de la Nación en la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de Molinos, junto con las sustancias incautadas. Ahora deberá enfrentar cargos por tráfico, fabricación o porte de estupefacientes, delitos que en Colombia pueden acarrear severas penas privativas de la libertad.

Este caso se suma a una serie de capturas y decomisos realizados en la localidad de San Cristóbal durante el año 2024, como parte de los esfuerzos de las autoridades para combatir el narcotráfico en esta zona de la ciudad, la cual ha sido históricamente afectada por el microtráfico. Según las estadísticas proporcionadas por la Policía Metropolitana de Bogotá, solo en lo que va del año, en San Cristóbal se han incautado 51.560 dosis de marihuana, 12.113 de bazuco, 385 de cocaína y 14 de heroína. Estas operaciones han resultado en la captura de 286 personas relacionadas con el tráfico de estupefacientes.

La problemática del microtráfico en Bogotá, y particularmente en sectores vulnerables como San Cristóbal, continúa siendo un desafío crítico para las autoridades. Las bandas dedicadas al tráfico de drogas han encontrado en estas áreas, donde prevalece la informalidad y la falta de oportunidades económicas, un terreno fértil para expandir sus actividades. Las autoridades, no obstante, han intensificado los operativos de vigilancia y han fortalecido las acciones de inteligencia para desmantelar las redes de distribución, lo que ha permitido resultados significativos como el de esta reciente captura.

Además de la afectación social y el deterioro de la seguridad que provoca el microtráfico, esta actividad ilícita también tiene graves consecuencias para la salud pública, especialmente entre los jóvenes y adolescentes que se convierten en las principales víctimas del consumo de estupefacientes. Frente a esta situación, la Policía y la Alcaldía de Bogotá han reforzado campañas de prevención y programas de rehabilitación para mitigar los impactos de las drogas en la comunidad, en un esfuerzo integral que busca no solo la represión del delito, sino también la recuperación de los afectados por el consumo.

La captura de la mujer que se hacía pasar por vendedora de limones resalta la creatividad y diversidad de tácticas utilizadas por los delincuentes para eludir a las autoridades, y subraya la importancia de los controles permanentes en las zonas afectadas por el crimen organizado.