El Pueblo decide

 

Los aires de campaña comienzan a soplar, cuando aún no despuntan los gobiernos locales, que sea dicho de paso, no tuvieron argumentos de peso para presentar un balance serio al cumplirse los primeros 100 días de mandato. No sabemos si los tendrán en los segundos.

Y precisamente, comienzan a soplar por causa de los mismos que gobiernan, o por los caciques de mandatari@s impuestos o impulsados, quienes detentaron el poder local y gobiernan en cuerpo ajeno.

Se hacen sonar los nombres de las mujeres, herman@s e hij@s; en fin, desde ya están apostando quiénes se llevan la bolsa parlamentaria en juego en Sucre.
Es una sola consigna, un solo objetivo y un mismo método. El poder se hizo para usufructuarlo y todo va a ser igual que en las locales: quien más plata gaste, ese asegura su credencial en el Congreso.

Y todo ello ocurre, en medio de un pueblo sumido en la peor de las debacles: Pobreza, hambre y falta de oportunidades, que se transforman en una dependencia absoluta que los lleva hasta vender sus principios y conciencia.

En medio de los aires de Cambio, que han estimulado al imaginario colectivo de creer que lo nacional se puede copiar en lo territorial, se levantan ilusiones y expectativas, pero pareciera que ningún resultado va a cambiar.

Y lo digo, apoyado en la experiencia de escuchar y ver la actuación de algunos valores alternativos que sin haber logrado el primer eslabón, ya han negociado su futuro, ante la expectativa de conseguir un favor personal (llámese puesto o contrato de supervivencia).

Nombres podríamos dar, pero por sus actos los conoceréis. Se vendieron por un puñado de lentejas y creyendo que habían logrado su cometido, terminaron siendo objeto de burlas en los comederos políticos de Sincelejo y Sucre, solo habría que revisar los E-14 para detectarlos.

Trabajaron para los patrones electorales de la comarca, que siempre han mantenido sumido al pueblo en la misma debacle que comentamos.

Le hicieron juego a la maldad y a bien que les funcionó. Pero existen otros, no menos peligrosos, que vegetan en el tradicionalismo. Que nunca intentaron por sus propias fuerzas y capacidades, sino que se ataron a los gamonales. Ellos, también en procura de un puesto o un contrato de supervicencia, a los que en los mismos comederos políticos les denominan lambe chaquetas o serviles.

Todos ellos, hoy comienzan a buscar la sombra del Cambio, para tratar de mimetizarse y engañar a los incautos, pero no van a tener éxito, por qué los barones o las baronesas que gobiernan, lo tienen todo fríamente calculado.

Cuál será la suerte para este pueblo?, la misma de siempre?, nos preguntamos, porque como vamos, ni unos, ni otros, van a cambiar, y las mismas necesidades terminan aflorando, pues se elegirán los que ya conocemos, a punta de plata sea del erario, de las mafias o de los contratistas, y detrás seguirán por siempre, los lambe chaquetas y los lentejos. Y de Cambio, nada.

Pues que reaccione en Pueblo, ese constituyente primario que tiene en sus manos la capacidad de definición de su propio futuro, y que se proyecten verdaderos valores para que en ellos se pueda depositar el favor y las ilusiones de la ciudadanía que se resiste.

Jaime Gómez López
Comunicador Social y periodista

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Diario La Piragua

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