Denuncia de Gustavo Petro: ¿Golpe de Estado en Colombia?

El presidente Gustavo Petro ha manifestado que el Consejo Nacional Electoral (CNE) carece de la competencia para tomar decisiones sobre su cargo, argumentando que el CNE es una entidad administrativa, no penal. Basarse en un concepto no vinculante de la Sala de Consulta del Consejo de Estado para intentar despojarlo del poder sería un grave error jurídico. La Constitución establece claramente las causas y el proceso para la pérdida del cargo presidencial, lo que deja fuera al CNE de tales decisiones.

Violación de la Convención Americana sobre Derechos Humanos

Petro también advirtió sobre un posible desconocimiento de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En Colombia, este tratado es parte de la Constitución, y prohíbe la pérdida de derechos políticos sin una sentencia penal. Por tanto, el presidente subraya que no puede ser destituido sin un juicio penal que lo condene por algún delito.

La revancha de los derrotados: un intento antidemocrático

El presidente denuncia que quienes fueron derrotados en las urnas, tanto élites políticas como económicas, están utilizando instituciones como el CNE y la Comisión de Acusaciones para intentar revertir el resultado electoral. Esto representa, según Petro, un golpe no solo contra él, sino contra la voluntad del pueblo que lo eligió. Estos sectores están utilizando su influencia en las instituciones para perpetuar un modelo de poder que ya ha sido rechazado democráticamente.

¿Golpe de Estado? El papel de las élites y la mafia en el intento de destitución

Petro va más allá y señala que este ataque contra su mandato no es solo político, sino que involucra a poderosos intereses económicos y criminales. Según el presidente, hay recursos provenientes de la mafia que están financiando un complot para sacarlo del poder, incluyendo planes de asesinato en su contra. Estos intentos de las élites representan una grave amenaza a la estabilidad democrática del país.

Validación de las elecciones de 2022: CNE ya declaró que no hubo violaciones

Tras las elecciones de 2022, el CNE ya emitió un acto administrativo que determinó que no se habían violado los topes electorales. Petro señala que los intentos de abrir nuevamente una investigación carecen de justificación legal y se realizan fuera del marco temporal permitido. Estos movimientos, según el presidente, solo buscan torpedear su mandato bajo tesis jurídicas insostenibles.

El pueblo decidirá en las calles: la respuesta a las maniobras antidemocráticas

Petro concluye que la oligarquía puede no estar de acuerdo con un presidente que no responde a sus intereses, pero que su permanencia en el poder solo será decidida por el pueblo. Ante la posibilidad de un golpe de Estado, el mandatario llama a la movilización ciudadana, señalando que el pueblo colombiano será quien defina si continúa su gobierno.

El Freno al Desarrollo del País

La oligarquía colombiana, representada por las élites políticas y económicas que han controlado el poder durante décadas, no quiere el desarrollo del país. Estos grupos no solo se aferran a sus privilegios, sino que utilizan las instituciones del Estado para perpetuar un modelo que excluye a las mayorías y bloquea cualquier intento de cambio estructural.

Este grupo ha convertido la burocracia en un mecanismo de control y corrupción, manejando a su antojo entidades como el Consejo Nacional Electoral para frenar proyectos progresistas y sostener un statu quo que les beneficia exclusivamente a ellos. La falta de interés en el bienestar común y el desarrollo del país se manifiesta en su resistencia a cualquier política que promueva una verdadera redistribución de la riqueza o que desafíe los intereses de la mafia económica que han tolerado y, en algunos casos, impulsado.

El verdadero temor de la oligarquía no es a la «violación de topes electorales», sino a la posibilidad de que un gobierno popular transforme la estructura económica y política del país en favor de las mayorías. Este sector ha sido históricamente el principal obstáculo para el desarrollo en Colombia, prefiriendo un Estado débil y corrupto, que les permita mantener su poder y bloquear cualquier avance democrático y social.

Por Milton Fabiani