La Ausencia Intencionada: Duque y Pastrana, una Sombra de Irresponsabilidad en la Política Colombiana.

No es un desaire al gobierno actual, sino a los ciudadanos colombianos.

En un país donde la política a menudo parece más un teatro de intereses personales que un escenario de debate constructivo, la negativa de los expresidentes Iván Duque y Andrés Pastrana a participar en la sesión consultiva de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores (CARE) es, lamentablemente, una muestra más de la desconexión que estos líderes han mantenido con las necesidades reales de Colombia.

Hoy 27 de agosto, Colombia esperaba la participación de todos sus expresidentes en un encuentro crucial que busca fortalecer las relaciones exteriores del país bajo la administración de Gustavo Petro. Sin embargo, tanto Duque como Pastrana, fieles a su historial de decisiones controvertidas y muchas veces perjudiciales, optaron por ignorar la invitación, repitiendo el desaire que ya habían mostrado el 21 de agosto en una sesión informativa liderada por el canciller Luis Gilberto Murillo.

La pregunta que surge es: ¿Qué motiva a estos exmandatarios a mantenerse al margen de discusiones tan importantes para la nación? La respuesta podría residir en una combinación de orgullo, rencor y una falta alarmante de responsabilidad. Pastrana, cuya presidencia dejó profundas cicatrices en la sociedad colombiana, especialmente por su manejo del proceso de paz con las FARC, parece más interesado en preservar su legado de fallos que en contribuir a una Colombia mejor. Duque, por su parte, cuyo gobierno estuvo marcado por el mal manejo de protestas sociales, la crisis sanitaria y una gestión económica que dejó mucho que desear, continúa mostrando una indiferencia preocupante hacia los destinos del país que una vez lideró.

Esta negativa a participar en los diálogos de la CARE no es solo un desaire al gobierno actual, sino también a los ciudadanos colombianos, quienes esperan que sus líderes —tanto presentes como pasados— contribuyan al bienestar de la nación. La política exterior es un campo que requiere continuidad, experiencia y, sobre todo, una visión unificada de país. Al negarse a formar parte de estas discusiones, Duque y Pastrana demuestran que su compromiso con Colombia termina en la puerta de su propio interés.

Más allá de la simbología de su ausencia, esta actitud refleja una falta de entendimiento de la gravedad del momento actual. Colombia enfrenta desafíos enormes en el escenario internacional, desde la crisis migratoria en la frontera con Venezuela hasta las tensiones comerciales con otros países de la región. El país necesita que sus exmandatarios aporten su experiencia y conocimiento para construir una estrategia exterior robusta y coherente. Sin embargo, al parecer, la visión a corto plazo de estos expresidentes, centrada en el rechazo a Petro, prevalece sobre cualquier sentido de responsabilidad hacia el futuro de Colombia.

En lugar de contribuir al diálogo y al fortalecimiento institucional, Duque y Pastrana han optado por el silencio y la evasión, lo que pone en duda su capacidad de actuar como estadistas. Esta decisión no solo revela sus propias limitaciones como líderes, sino que también les hace perder una valiosa oportunidad de redimir su legado ante una nación que aún busca respuestas y soluciones.

Al final, los verdaderos perdedores son los colombianos, quienes merecen algo mejor de quienes alguna vez ocuparon la Casa de Nariño. Este es el momento en que el país necesita la mayor unidad y compromiso de todos sus líderes, pero Duque y Pastrana parecen estar más interesados en preservar su legado personal que en ayudar a construir un futuro mejor para Colombia. Una triste realidad que, lamentablemente, sigue demostrando lo lejos que estamos de tener una clase política que realmente ponga los intereses del país por encima de los suyos propios.

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